Riquelme, que volvió como titular después de tres meses de ausencia, llegó a los 200 partidos en la cancha de Boca y en la previa fue homenajeado con una camiseta con ese número. Nadie jugó más partidos en ese templo.
Juan Román Riquelme volvió a jugar de titular y alcanzó los 200 partidos en la Bombonera con la camiseta de Boca. La historia de amor nació la tarde del 10 de noviembre de 1996, cuando Bilardo lo puso de titular frente a Unión, y Román enamoró a los hinchas por su forma de jugar. Jugó tanto, y tan bien, que esta noche de miércoles llegó a los 200 partidos en el jardín de su casa, por lo que recibió una distinción de manos de los dirigentes César Martucci, Carlos Aguas y Horacio Paolini, justo una camiseta con el número 200, que reconoce su larga trayectoria. Por eso, y por el triunfo por 2-0, y por el gol de penal, se fue más feliz que de costumbre: "Tengo la suerte de que mis compañeros y el técnico me tienen confianza. Acá me tratan bien", dijo al final. Y agregó: "Tuve una lesión bastante importante pero he vuelto más rápido de lo que pensábamos, por más que me han contado los días. Tuve la suerte de ayudar a mi equipo y pudimos ganar".
Curiosamente debutó en la Bombonera con la número 8 en la espalda y ya en su presentación demostró que no era uno más. Román fue el conductor en un equipo plagado de expertos: la pidió, le dio un pase gol a Cáceres y estuvo muy cerca de meter su primer gol. Y tuvo su premio: "Riquelme, Riquelme", fue el canto que bajó de las tribunas y le endulzó los oídos. El mismo de hoy.
En su segundo partido en la Bombonera, Riquelme marcó su primer gol. ¿La víctima? Huracán. Su primer tanto a River en la cancha de Boca tuvo un sabor especial. Porque ese penal significó la clasificación a la semifinal de la Copa Libertadores del 2000. Fue la histórica noche del 3-0, la misma que todavía se recuerda por ese caño genial a Yepes. ¿Cómo olvidarlo?
Pasaron más de 17 años desde que pisó por primera vez el césped de la Bombonera, que es como decir su segunda casa. La misma que lo vio dar asistencias, convertir goles, festejar once título, para convertirse en el hombre que más veces jugó con la camiseta de Boca en esa cancha.