Emmanuel Gigliotti, goleador del tercer ciclo de Bianchi con 17 goles, recuerda su paso por el Ascenso y confiesa un sueño: “Quiero ser campeón acá”. Mirá la charla completa que tuvo con el Sitio Oficial.
Si hay algo que nadie puede reprocharle a Emmanuel Gigliotti, goleador del tercer ciclo de Carlos Bianchi con 17 gritos, es que se hizo de abajo. Bien de abajo. En las canchas sin pasto del ascenso aprendió los gajes del goleador y todavía recuerda aquellos tiempos con mucho respeto y cariño. Platense, Comunicaciones, el salto en la Lamadrid, la confirmación en All Boys y hasta goles en la B de Italia, en el Novara, donde estuvo seis meses a préstamo, componen un currículum que también lo tuvo en Colón y San Lorenzo. De fútbol humilde sabe y no lo esconde para nada: “Lo más lindo del ascenso es la humildad con la que trabaja la gente, muchos laburan ad honorem, son muchos los principios que te quedan que hoy todavía uno los rescata”, dice con orgullo el delantero que rompió la sequía ante Belgrano, en el último minuto, para que Boca sumara su primer triunfo en el torneo.
“A mi abuela le encantaba el fútbol, era fanática de Boca, y empecé pateando en casa con ella a los tres años. Después empecé a ugar en clubes de barrio, en La Paternal, hice baby ahí cerca en Villa Sahores, a cuatro cuadras de casa, y también jugué un año en Pedro Morán”, recuerda el Puma, que aclara que por ese entonces jugaba para divertirse y sin la intención de ser profesional. Hasta que se cruzó Lamadrid en su camino: “Cuando llegué a Lamadrid empecé como defensor central y después de 6 meses de jugar poco le dije al técnico, que todavía es amigo, que no quería jugar más de 6 y quería estar adelante. Y me dejó”.
Aquellas pretemporadas poco tenían que ver con las que vive en Boca: “Me acuerdo que fuimos al pueblo General Lamadrid. Para dormir teníamos dos pabellones y estábamos 25 juntos, en camas cuchetas… No voy a decir que era como las cárceles porque no conozco, pero era como las cárceles de las películas. Era divertido pero comparado a lo que es ahora… Es un aprendizaje. Pasé por el agua fría de las duchas o bañarse 25 en una ducha, tomar agua de los bidones, cuando había agua, las canchas sin pasto...”. Del ascenso sólo le quedó una deuda: “Me faltó jugar en la B Metropolitana. Es una categoría que me gusta muchísimo, cuando puedo voy a la cancha, me gusta ver el ascenso. Pero hoy estoy contento por la carrera que vengo llamando. Siempre fui paso a paso y lo disfruté. Hoy ya llevo un año en Boca y el objetivo es el mismo: quiero ser campeón acá”.
El top 3 de los goles de Gigliotti:
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“El gol a River en el Monumental, el del silencio II, el silencio I es el más recordado. Fue el gol más silencioso y el más lindo. Lo gritamos entre 11 en la cancha, más los 7 del banco y los técnicos, seríamos 25".
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"Me gustó otro gol en la Bombonera contra Central, en un partido que terminamos empatando 1-1".
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“Y me quedo con el de Belgrano el otro día, por cómo se dio el partido, y porque fue en el último minuto. Y porque veníamos soportando cosas que no nos gustan”.