Boca derrotó 66-56 a Obras en su primer partido como local en el Súper 20. Un último cuarto fantástico de Sansimoni destrabó la cosa en favor del Xeneize luego de un comienzo complicado.
El primer cuarto fue de dominio visitante. Más allá de que nunca manejó grandes diferencias en el tanteador, el encuentro se jugó a lo que quería el Tachero, con muchos errores en ambos sectores de la cancha y ataques tan veloces como imprecisos. Las acciones individuales de Rivero en la pintura sostuvieron al Xeneize, pero de la mano de un Alejandro Zurbriggen encendido, el equipo de Núñez se fue al primer descanso ganando 16-11.
El comienzo del segundo cuarto se pareció un poco más a lo pensado por Narvarte, pero Boca no logró traducirlo en el marcador. Y cuando los extranjeros de Obras se enchufaron, la ventaja Tachera trepó a 25-16, obligando al entrenador local a pedir minuto. Una ráfaga de Rivero y una bomba de Gargallo hicieron que el margen caiga a 26-23, pero apareció Barral en la visita y el electrónico indicó 31-24. Por si fuera poco, un doble de Fernando Zurbriggen sobre la chicharra le devolvió la máxima (33-24) a la visita de cara al descanso largo.
El mejor momento de Boca en los primeros tres segmentos fueron los tres minutos iniciales del segundo tiempo. Defensa asfixiante y seis de Flor para pasar al frente (34-33) de manera fugaz. Un minuto de Martínez reordenó a la visita, Obras secó al local y retomó el control mental y basquetbolístico del encuentro con varias manos seguras a la hora de atacar. La ventaja visitante trepó a 47-40, pero un doble de Boccia sobre el cierre limó a 47-42 y le devolvió las ilusiones al Xeneize.
Y el último cuarto fue a todo Boca. Con el trío Sansimoni - Cavallero - Gargallo como eje ofensivo, y con una defensa que le negó todas las vías de gol a la visita, el anfitrión pasó rápidamente al frente. Es cierto que la salida por lesión de Barral le dificultó la vida a los de Núñez, pero lo de Boca en esos diez minutos fue para el elogio. Seguro en el juego y en el marcador, el Xeneize fue ampliando cada vez más la diferencia, pensando en un hipotético desempate y sumando un triunfo fundamental para pisar fuerte desde el comienzo del torneo.
El equipo de Guillermo Narvarte tuvo dos virtudes en la noche del miércoles. Supo quedar no muy atrás en sus largos momentos de complicaciones, y pegó de forma mortal cuando fue superior. Boca aprovechó su momento, lo aseguró de la mano de héroes tan impensados como efectivos (Sansimoni, Cavallero) y demostró que tiene un plantel con muchas opciones para sacar a flote patriadas difíciles. Inmerso en una larga serie de cuatro partidos al hilo en casa, el próximo duelo será el lunes ante Ferro.
Foto - Texto: Departamento de Prensa de Boca Juniors.
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