A pesar de que tuvo cuatro chances claras, Boca perdió 1-0 ante Estudiantes en el primer partido del año, en Mar del Plata, con un gol de Gil Romero tras un desvío. El sábado, el primer superclásico.
Pasó el debut, con suplentes y con derrota, pero más allá de ese 1-0 ante Estudiantes queda la tranquilidad de que Boca tuvo cuatro chances claras para marcar y la chapa final del resultado pudo ser otra, más allá de que en estos casos, traándose del primer partido del año y con jugadores que apenas tienen 12 días de entrenamiento, la prioridad está en otro lado y el resultado es una anécdota para las estadísticas de verano.
Bianchi llevó a Mar del Plata un plantel con 15 de 18 jugadores de Inferiores y aprovechó para probar con mayor exigencia ese 4-2-3-1 que estuvo practicando en el complejo Pedro Pompilio y, si bien por momento tuvo desborde y centro con Marín, y por otros sorprendió con las llegadas de Colazo, la noche se fue desdibujando con la acumulación de desgaste y terminó nublado y con pocas ideas.
Boca tuvo un rato de control y juego fluido, ahí cuando generó las chances más claras y Celeste tuvo el gol en un mano a mano con Rulli, con otro cabezazo de Colazo y con una avivada de Fragapane,que pellizcó en la mitad de la cancha y llegó sin aire al área para definir, pero no pudo marcar el gol y Estudiantes sí lo logró con ese remate de Gil Romero que se desvió en un defensor para terminar en el fondo de la red.
En el segundo tiempo, el Virrey aprovechó para darle los primeros 45 minutos de fútbol grande a Guido Vadalá, un delantero de 16 años, y también para que Burrito Rivero volviera a la Primera después de casi un año de ausencias y pesares. También probó con Joel Acosta. Pero el empate casi sale en una jugada de pelota parada, cuando Guille Burdisso madrugó a su marcador en el área, y el cabezazo lo desvió Rulli de manera increíble. Pasó el debut, sigue la preparación, y se viene nada menos que River el sábado en Mar del Plata.