Historia - 1976 a 1978
El inolvidable Toto Lorenzo
1976
Cuando Juan Carlos Lorenzo llegó en 1976 y dio los nombres que quería como refuerzos todo el mundo lo miró extrañado.
El Loco Hugo Gatti, Francisco Sá, Rubén Suñé, Carlos Veglio y Mastrángelo ya tenían un largo recorrido en el fútbol, pero el tiempo le dio la razón al Toto al sumar tantos experimentados. Un golazo del Chino Benítez ante Huracán, uno de los aspirantes al título, en cancha de River, fue clave para que Boca se llevara el Metropolitano. Pero el Nacional fue, sin dudas, la frutilla del postre. Porque se consiguió nada menos que ante River, en la única final que protagonizaron mano a mano, en la cancha de Racing. Rubén Suñé jugó rápido un tiro libre para clavarlo en el ángulo,mientras el arquero de River Ubaldo Fillol acomodaba la barrera, y la avivada valió un campeonato. Los hinchas más veteranos todavía le cuentan a sus hijos y nietos aquella noche de hazaña en Avellaneda. Inolvidable.
La primera Libertadores
1977
Entre las brumas y el frío de aquella noche de mágica del 14 de septiembre en Montevideo, en el mítico Centenario que albergó el primer Mundial, nació la leyenda copera de Boca.
El Loco Gatti voló hacia su izquierda, rechazó el penal de Vanderley y Boca se consagró campeón de América por primera vez en su historia. Fue ante el Cruzeiro de Brasil, después de un triunfo por 1-0 para cada uno de local, y de ese tercer partido que fue 0-0 y en los penales concretó un sueño que se postergaba desde aquella final perdida ante el Santos de Pelé en 1963. Boca dejó en el camino a River, Defensor, Peñarol, Libertad y Deportivo Cali. Llegó invicto a la final ante el temible Cruzeiro, el último campeón, que tenía varios jugadores de la Selección. En la Bombonera, fue 1-0 para Boca con gol de Carlos Veglio, pero tras la derrota en Belo Horizonte hubo que llegar al tercer juego, que Boca jugó con camiseta blanca, y que consagró a Gatti como ídolo eterno en aquel décimo penal. Era la primera estrella internacional. Vendrían muchas más.
El mundo a sus pies
1978
Pocos creían en Boca aquellos días previos a la final Intercontinental de 1977, que se disputó un año después, en un formato de partido y revancha.
El 2-2 con Borussia Mönchengladbach en la Bombonera había sido un balde de agua fría y los europeos eran amplios favoritos para la revancha. Sin embargo, en Alemania, el Toto Lorenzo ideó un plan perfecto que sorprendió a los locales y, en apenas 35 minutos, Boca liquidó los pronósticos agoreros. Felman, Mastrángelo y Salinas marcaron los goles en la fría noche del 1ª de agosto de 1978. En el regreso, Boca eliminó a River y Mineiro de las semifinales de la Copa Libertadores, instancia en la que ingresó por ser el campeón defensor, y tuvo que definir otra Copa ante Deportivo Cali de Colombia. Tras empatar de visitante, Boca ganó, goleó y gustó con un contundente 4-0 para coronarse bicampeón. Fue el último título en Boca de un Toto Lorenzo que dejó una huella imborrable.