Historia - 1996 a 2001

La leyenda Román

1996

La tarde del 10 de noviembre de 1996, con un 2-0 a Unión en la Bombonera, marcó el estreno de Juan Román Riquelme con la azul y oro.

Ese chico con tanta timidez como pecas se convertiría, con los años, en una leyenda. Tan determinante que le quitó el récord a Silvio Marzolini y se transformó en el futbolista con más partidos en la Bombonera. O en el patio de su casa, como le gusta denominar al estadio en el que fue protagonista de grandes hazañas. Los primeros títulos con Carlos Bianchi, las Copa Libertadores, la final contra Real Madrid en Tokio, los superclásicos, los goles, las miles de asistencias… Riquelme es sinónimo de Boca. “Nací bostero y voy a morir bostero”, repite a menudo. Nadie lo duda.

El Virrey de La Boca

1998

Luego de seis años sin éxitos oficiales, Boca pudo festejar de la mano de Carlos Bianchi. En julio de 1998 comenzó el mejor ciclo de la historia y el Virrey se transformó en el entrenador más ganador del club.

En su primer campeonato armó un equipo demoledor y arrasó con el título de manera invicta (13 triunfos y 6 empates). El Virrey potenció a Riquelme y le dio rodaje a una dupla histórica formada por Guillermo y Palermo, que convirtió 20 goles en aquel Apertura 98 y fue todo un récord en torneos cortos. Ese equipo implacable, demoledor, que parecía invulnerable, realmente lo fue ya que estuvo 40 partidos sin perder y, con la repetición en el Clausura 99, sumó otro bicampeonato. Bianchi iniciaba así su camino a la inmortalidad.

Otra vez dueño del mundo

2000

El nuevo milenio trajo los viejos aires de gloria copera. Tras 22 años, Boca volvió a conquistar América y levantó la Copa Libertadores.

El camino a la consagración fue inolvidable, con un triunfo histórico por 3-0 a River en cuartos de final, y la hazaña lograda en Brasil, por penales, ante el poderoso Palmeiras. El año dorado continuaría con el título local en el torneo Apertura. Ya sin Walter Samuel y Rodolfo Arruabarrena, el equipo mantuvo su solidez y festejó tras 12 victorias, 5 empates y 2 derrotas. Y en el medio del campeonato, llegó la Copa que convirtió a Boca en el mejor del mundo. Le ganó 2-1 al Real Madrid, en una noche/mañana mágica con dos goles de Palermo, y trajo nuevamente la Copa Intercontinental a la Argentina. Fue un triunfo épico y contra todos los pronósticos. Un año inolvidable. Y que se repetiría.

Otra Copa con el envión

2001

Ya sin el héroe Palermo, pero con la vigencia de Riquelme, el aporte de Marcelo Delgado y la sabiduría de Bianchi en el banco, Boca repitió su conquista en la Copa Libertadores.

Esta vez, con espectaculares rendimientos en condición de visitante. En la final, venció a Cruz Azul en México Le ganó 1-0 en el DF de México y en la revancha perdió 1-0 en la Bombonera. Por eso, hubo que ir a los penales y ahí se lució Oscar Córdoba. El colombiano atajó uno y luego los mexicanos desviaron otros dos. En el segundo semestre del año, el plantel se desmembró aún más con las salidas de Ibarra y de Bermúdez. Y en la final Intercontinental contra Bayern Munich no se pudo repetir el logro del año anterior. Tras un partido durísimo, fue derrota 1-0 en tiempo suplementario. Ese partido marcaría el adiós de Bianchi en su primera etapa en el club.